miércoles, 31 de octubre de 2012

Tip de encanto No.3: Abotona sólo lo de rigor






Para recibir el máximo retorno posible de la inversión que hiciste en esa chaqueta de tres botones, hay que saber llevarla; sobretodo evitando el look de “paquete mal envuelto”.

La regla es sencilla y aplica para los señores en todos los casos y para las mujeres más ejecutivas:

Cuando el saco del vestido (o cualquier chaqueta de las mismas características) tiene tres botones, éstos se apuntan como se indica en la foto: el de arriba es opcional (pero mejor no); el segundo se abotona siempre (siempre que permanezcas de pie; se desabrocha justo antes de sentarte) y el tercero no se abotona nunca, jamás, por ningún motivo.

Si es de dos botones, igual: el de arriba, . El de abajo, no.

Y, como siempre hay algo más que se puede hacer, “¿cómo disparo el estilo?Aprende a desabotonar todo lo que puedas con una sola mano.

-Sí, como James Bond.


Imagen: Now Magazine, UK.

martes, 30 de octubre de 2012

Alguien tenía que decirlo: "Señores, ya no basta con una abultada billetera"





Es un hecho que cada vez hay más mujeres hermosas, inteligentes y exitosas dando de qué hablar por todas partes; dirigiendo los proyectos más impresionantes. Se ha demostrado que una belleza conmovedora no implica necesariamente que su titular sea una rubia tonta del montón; por el contrario.

Las mujeres alrededor del mundo están tomando cada vez más y más consciencia de sus encantos; cada vez se conforman menos y ambicionan más. 

Si a este factor le sumamos el hecho de que en el mundo occidental los matrimonios por conveniencia están a punto de extinguirse (si acaso no lo están ya), la escena que representó con tantísimo tono caricaturesco Francisco de Goya en su obra La Boda, donde al tipo feo, viejo y barrigón le es entregada en matrimonio una preciosa damita, hija de alguna familia decente pero venida a menos, no va a ser sino eso: una pieza para conservar en el Museo del Prado, como una evocación de las cosas que pasaban en 1792.

Señores: en el actual estado de cosas una billetera contundente es, sin duda, un vehículo que viabiliza la posibilidad de ofrecer algunas amenidades, las cuales constituyen apenas el inicio de una relación con una de esas mujeres de alto ranking.

Por cuanto ellas dejaron de limitar sus encantos al maquillaje bien puesto, a conservar una figura esbelta y a hacer algunas inversiones en vestuario, los caballeros que quieran hacerse a las joyas de la corona deben estar dispuestos, igualmente, a trabajar en su belleza (sin llegar al extremo del manierismo, claro, pero sí denotando cuidado por su aspecto); refinar sus modales y movimientos; esmerarse en ser buenos anfitriones; desarrollar su sentido del humor -que no sólo funcione en las noches de hombres sino también con las mujeres-; invertir en su atuendo (un amigo de la costa me decía “oye, no esto no es un gasto: ¡son relaciones públicas!”) y, sí, como es inevitable, desarrollar una que otra técnica amatoria que los reafirme en la intimidad.

Es que no hay de otra: las mujeres ya no se descabezan compitiendo entre ellas por quién se lleva el mejor partido. Ellas saben lo que tienen y lo que valen sus encantos… y están dispuestas a esperar un poquito más, de ser necesario.

Todo el tiempo estamos comunicando; todo el tiempo estamos participando, de manera que es un riesgo desproporcionado seguir dejando al azar el conjunto de aspectos que conforman tu imagen.

Funciona en los negocios, funciona con las mujeres: hay que apartar un rato a crear tu marca; a diseñar la forma como vas a ser percibido, si no quieres ser el último de la fila. Que yo insista tanto en el prototipo del dandy en varias de mis publicaciones, no es una casualidad; es una opción en medio de muchas otras opciones de abordaje exitosas, desde que estén bien pensadas. 

De aquí para allá la cosa depende de cada cual.


Pd: Sólo vamos a estar de ronda por acá una vez. No vale la pena ser el último de la fila.

lunes, 29 de octubre de 2012

Porqué insisto tanto con la música para sentirse bien



En mis publicaciones es recurrente ver que digo cosas como “nuestro cerebro es tan influenciable, que la música feliz lo hace poner feliz”; “oigan este sonsonetico, que está bueno para el fin de semana”, etcétera.


A pesar de que muchos ya me han confirmado que, en efecto, la música con buen ritmo o con mensajes positivos les ha ayudado a superar momentos difíciles de la cotidianidad, me parece que un poco más de ilustración sobre cómo funciona la cosa nunca está de más.

Lo primero que te propongo es hacer un cambio de concepción –ojalá de una vez y para siempre-: deja de asumir tu cerebro como una máquina que genera ideas. En lugar de eso te propongo que entiendas que tu cerebro es un dispositivo que sintoniza cosas (energías, tipos de gente, prosperidad, pobreza, situaciones, etc.).



La cuestión es muy sencilla: a estas alturas de tu vida ya debes haber verificado por tu propia cuenta que es materialmente imposible cambiar a las personas o las circunstancias que nos rodean, ¿verdad?.

Lo que, en cambio, sí es posible que te falte comprobar, es el hecho cierto y demostrable de que “cuando tu cambias, el mundo cambia”.

Haz el experimento que te propongo a continuación, pero de manera consciente. Supongamos que tienes un jefe (un profesor, un colega, una pareja, etc.) insufrible; un abusador de tus capacidades normales de trabajo; lo que sea. Cualquier esfuerzo que hagas por hacerle entender que las cosas podrían ser distintas y que todos podrían estar mejor si él dejara de ser como es, es realmente estéril, porque tu jefe está viviendo algún proceso interno a su propio ritmo; seguramente tiene muchas cosas pendientes por aprender de esa forma de ser tan avasalladora.

Lo cierto es que tú no puedes alterar el curso de su aprendizaje pero, en lugar de victimizarte todo el tiempo y volcar la ira contra las cosas o las personas que tienes cerca, sí puedes probar hacer lo siguiente: hazte a la idea de que nadie va a venir a salvarte. Nadie va a venir a llevarse a ese jefe. Nadie lo va a hacer cambiar.

Nadie va a venir a salvarte, así que te corresponde crear el cambio que quieres en tu vida. ¿Cómo? Reencuadrando el significado que le das a las cosas. La música es una excelente herramienta para ese propósito: si la voz que tienes (que todos tenemos) en la cabeza te está repitiendo mil veces con ira “jefe desgraciado, si pudiera lo ahorcaría” y dejas que la tal vocecita haga carrera, vas a terminar frustrado o preso. No hay más opciones.

Si, en cambio, le das a tu cerebro (que, como ya convinimos, es un dispositivo que sintoniza energía, -¿te acuerdas?), algo más divertido en qué pensar, como ciertamente lo es una canción con buen ritmo o con un mensaje positivo, el asunto con el tirano va a pasar a un segundo plano; los lentes con los que ves el mundo no van a ser los de la tragedia sino, en cambio, los de una persona positiva, dinámica, que tiene que enfrentar desafíos normales, tales como capotear personas difíciles.

La cosa funciona así porque nuestro cerebro (sí, el mismo que te dice que no puedes, que ya es tarde, etcétera) es muy influenciable (si no, no te diría tantas bobadas) y no alcanza a distinguir si en serio estás feliz porque te está pasando algo feliz, o si sólo se trata de una cancioncita que le estás poniendo para manipular positivamente al dictador que todos llevamos por dentro.

Hay quienes se han tomado esto tan en serio que me cuentan que han dejado de ver las noticias también… Yo sí las veo, pero, en fin, cada cual hace sus cuentas.

Para terminar, les dejo como tímida sugerencia esta canción que conocí gracias a un paisano santandereano: “Hoy voy a pasármelo bien”, de Hombres G (click aquí para oír la canción). Me dijo que le funciona de maravilla.


 Imagen: Egbongunmiaije en Wordpress

miércoles, 24 de octubre de 2012

Concentrarse en lo que SÍ está funcionando






Anoche, en su interesantísima conferencia, el Dr. Jorge Aguilera (PhD en Comunicación Organizacional) pidió a los asistentes que nos detuviéramos por un momento a pensar si la excesiva atención que estamos prestando a nuestras limitaciones nos está impidiendo ver nuestros talentos.

Para ilustrar la importancia de la reflexión, proyectó este video que les comparto en el día de hoy. Se trata del ballet “Hand in hand(click aquí para ver el video), puesto en escena por una señorita a quien le falta la mano derecha y su compañero de baile, quien no tiene la pierna izquierda.

Fíjate en la perfección de los movimientos; en la sutileza bajo la que con gran maestría se esconde toda la fuerza de cada músculo entrenado por tantas horas.

Pero pon atención, sobretodo, al mensaje no verbal que nos envían tan emotivamente los artistas al bailar: si uno de ellos hubiera magnificado la circunstancia de no tener una extremidad, al punto de desistir de su sueño de bailar ballet, su vida se habría desarrollado dentro de la estrechez de las barreras que te hacen creer que no puedes, sólo porque tu entorno no se te figura absolutamente propicio para llevar a cabo tu propósito fundamental.

Pocas veces en la vida vas a encontrar todas las condiciones a tu favor. De ahí que los conflictos más encarnizados que tenemos son los que libramos con nosotros mismos; sobre todo con esa parte de tus creencias que te dice que “no puedes (…)”.

En lugar de desperdiciar energía pensando una y otra vez “¿por qué me tenía que pasar esto a mí?”, comienza a pensar  “muy bien, de acuerdo con esta nueva situación, ¿qué escojo hacer a partir de ahora?”.  Sigue avanzando con resolución. No te quedes estancado en la pregunta de “por qué (…)”, ya que te hundes en un estado de perplejidad que sólo frena el movimiento de la dinámica de la vida.

Concéntrate en tus fortalezas; en lo que haces mejor. Focalízate en lo que sí te está funcionando, más que en aquellos resultados que no puedes producir de la forma en que quisieras: en la mayoría de los casos estos últimos no son más que metas impuestas por otros, las cuales poco o nada tienen que ver contigo y, por lo tanto, no vale la pena desgastarse en eso. Recuerda que eres mayoritariamente energía y, por tal razón, hay que administrarla sabiamente.

Concéntrate en encontrar tu misión. Ahí, pegadita, viene la felicidad.

Imagen: 123 RF

lunes, 22 de octubre de 2012

Tip de encanto No.2: Mantén las mañas bajo control






Maña es la palabra más fea y a la vez más descriptiva que encontré para designar los hábitos indeseables que pueden pulverizar tu Marca Personal o hacer que se destaque por las razones incorrectas, como le ocurrió al presidente de la República Checa, Václav Klaus (click aquí), en su visita al presidente Sebastián Piñera en Chile, no sé si en un descuido de su imagen o en medio de alguna compulsión pisquiátrica.

Todos tenemos mañas; unas más confesables que otras. Lo cierto es que costumbres como inspeccionar cavidades anatómicas en público, llevarnos cosas que no nos pertenecen, hacer ruidos pasando aire entre los dientes, dar golpecitos a la mesa con el bolígrafo (con o sin ritmo, es igual de molesto), arreglarnos compulsivamente el pelo, las gafas, etc., hacer tronar las coyunturas de los dedos, comer todas las cosas con la cuchara de la sopa, etcétera, deben permanecer bajo estricto control, si no todo el tiempo, por lo menos mientras dure tu exposición en público ante personas que no son de tu absoluta confianza (y que se han resignado ya al espectáculo).

Desde el punto de vista del Personal Branding, el arte de encantar precisa estudio, disciplina y, a veces, una dosis de histrionismo.


Imagen: Definición ABC

domingo, 21 de octubre de 2012

Los notables del negocio de la moda y su Marca Personal




La última tendencia de las celebridades del mundo de la moda consiste en prescindir de un accesorio para reiterar que son exactamente eso: celebridades.

Analicemos brevemente el mensaje que envía con su presentación personal Anna Wintour (directora de Vogue América), de acuerdo con el reportaje realizado a las apariciones de las estrellas durante las Semanas de la Moda en el mundo por Vogue Italia (click aquí).

Lo que se evidencia en este caso es que las editoras de moda han comenzado a ir a los desfiles sin carteras, sólo con la invitación en la mano y máximo un smartphone, mostrando independencia (no tienen un jefe a al cual rendir cuentas sobre el uso de su tiempo durante el desfile), alta capacidad de memorizar las propuestas importantes y mucha, mucha opulencia.

¿La razón? Usan su automóvil con conductor como camerino.

¿El mensaje que quieren transmitir? que son tremendamente exitosas.

¿El propósito? El de siempre: alimentar el mito.

Para la mayoría de nosotros no es fácil (ni necesario, en realidad) adoptar una actitud semejante, pero les comparto esta reseña por ser un ejemplo bastante ilustrativo sobre lo que hacen las personas del mundo del espectáculo para construir su Marca Personal.

No necesitamos un súper carro con un conductor de librea y corbatín, pero no podemos pasar por alto la enseñanza con la que nos podemos beneficiar en la creación de nuestra Marca Personal: un poquito de excentricidad es muy elocuente y alimenta el mito de lo que eres o de lo que haces.


Imagen: The New York Post & OnOff Tv.


jueves, 18 de octubre de 2012

Tip de encanto No.1: Conoce las costumbres locales



Tip de encanto No.1: Antes de visitar un lugar desconocido (sea que se trate de otro país o que te hayan invitado por primera vez a la casa de tu amigo de otra religión, etc.), aprende un poco sobre sus costumbres tradicionales. 

¿Tienes poco tiempo? indaga al menos qué cosas NO debes hacer por ningún motivo.

Si te equivocas, no importa: la gente comprenderá que tus hábitos son distintos y que no era tu intención ofender. Sin embargo, en la medida de lo posible, ¡evita que  te pase como al presidente Obama en el palacio de Buckingham (click aquí), hablando mientras sonaba el himno nacional! 



Imagen: Absolut Inglaterra

martes, 16 de octubre de 2012

Frases de la primera Chica Cosmo






La revista Cosmopolitan fue fundada en 1886 como un magazín de variedades que dedicaba una parte importante de cada edición a los escritos de ficción de la época.

En la década de 1950, con el auge de la televisión masiva en los Estados Unidos, la revista necesitó (como todos nosotros cada cierto tiempo), reinventarse: el concepto original ya no lograba capturar el interés de los antiguos lectores, que ahora encontraban la información con menor esfuerzo en la pantalla chica.

Para fortuna de la revista y de sus lectoras, en 1965 irrumpió en la escena la que sería la primera Chica Cosmo: Helen Gurley Brown (1922-2012) fue nombrada editora jefe y su primera avanzada consistió en rediseñar la controversial marca a partir de la presentación de un concepto redefinido con contundencia: Cosmopolitan sería a partir de ese momento una revista para la mujer moderna, con artículos escuetos sobre sexo, belleza, moda y actualidad de interés femenino. Punto.

La polémica, naturalmente, no se hizo esperar… Y sigue.

Helen Gurley, a quien Vanity Fair resumió como una mezcla entre Carrie Bradshaw y Peggy Olson, murió el pasado 13 de agosto, dejándonos, entre otras sentencias e iniciativas, las que transcribo a continuación, con un propósito meramente ilustrativo de lo que le pasaba por la cabeza:

-       Mi éxito no se basó tanto en una gran inteligencia, como en un gran sentido común”.


-       Nunca olvides que si tú eres la única que se encuentra hablando, estás aburriendo a alguien”.

-       Cada mujer trabajadora que es glamurosa, adinerada y exitosa que envidias ahora, comenzó desde abajo”.

-       Las chicas buenas van al cielo; las malas, a todas partes”.

-       "A los hombres les gusta acostarse con chicas inteligentes. Son verdaderos retos. Si lo hace bien, pensará que es bueno".


Los lectores juzgarán.



Imagen de Helen Gurley: John Bottega.

viernes, 12 de octubre de 2012

Para realzar el look dandy de viernes





El look dandy implica un alto compromiso con la imagen; una minuciosa selección de los detalles. Un par de buenos ejemplos de personajes que han adoptado ese estilo de vida: George Clooney y Jude Law (la película Alfie es bastante elocuente en relación con el estilo).

Las bufandas y los pañuelos (de todos los tamaños) son un accesorio prácticamente imprescindible en el guardarropa de un verdadero dandy.

Como usarlos no deja de tener su misterio, les quiero compartir este video de Carlos Nieto (click aquí)  (un diseñador colombiano de ropa de hombre que me encanta), quien pidió a uno de sus modelos que nos enseñara 10 posibilidades de nudo, con los cuales podrás embestir con más resolución este fin de semana.

Ponle atención a estos aspectos del videoclip:

-       Ojo al conjunto: El modelo está vestido de azul, con un chaleco a rayas azules y grises azuladas. Personalmente, hubiera elegido un tono más suave dentro de la misma gama para la camisa, pero lo cierto es que la pinta es muy consistente.

Partiendo de esa base cromática, fíjate en los colores de las bufandas y los pañuelos que eligió el diseñador, porque todos van bastante bien con el resto del conjunto. Conclusión: la bufanda tiene que ser armónica con las demás prendas.

-       El que en el video se llama nudo “europeo”, también se llama “parisino”. (Tan chic como llevar bien la bufanda, es saber cómo se llama el nudo que elegiste).

-       Comienza a considerar el color púrpura oscuro para tu armario (el de la bufanda con la que se muestra el nudo “simple”). Es un excelente resaltador de la mirada.

-       Un súper disparador de estilo: la bufanda de arabescos (con la que se enseña el nudo “oculto”) en azules y lavanda. Los arabescos están en el top de la sofisticación (sí, sin miedo: ¡arabescos!).

-       Cuidado con el lazo “cruzado”: para poder hacerlo es necesario tener una bufanda suficientemente larga, de modo que el look no se vea “forzado” (si es muy cortica, el mensaje que vas a mandar es “quería hacerme un nudo cruzado al precio que fuera”. Cuidado).

-       Finalmente, el lazo “cascada” es de mis favoritos de viernes en la noche. Si todavía no alcanzas a reunir la actitud para llevar la bufanda en ese material que usó el modelo en el video, puedes comenzar con un shemagh (bufanda árabe), como la de la foto.

¡A practicar!

También puedes hacer click aquí para ver el video: http://www.youtube.com/watch?v=ae2I4Fpwf0o


Imagen: Falconmarbella & Ofertopia

miércoles, 10 de octubre de 2012

Tips rapidísimos de estilo





El estilo es el exterior del contenido y el contenido el interior del estilo. No pueden ir separados”.

Jean Luc Goddard


En cualquier circunstancia en que te encuentres, sea que estés en tu casa, con tus amigos o, con mayor razón, en tu trabajo, procura no hacer ninguna de estas cosas que pueden pulverizar la buena impresión que le hayas causado a alguien de tu interés:

-       No recortes el nombre de las cosas

Ejemplos comunes: no digas “la Tránsito”; es la “Dirección de Tránsito”. No digas “lo vi en Face”; esa red social se llama “Facebook”.

Sugerencia adicional: si te sientes cómodo, opta por referirte a las siguientes autoridades de la manera tradicional, que es muy linda: señor alcalde, señor inspector de policía, señor agente, etc.

-       No recortes las palabras compulsivamente

Hay quienes son absolutamente incapaces de decir que algo les pareció “delicioso”, o de pedirle a su “amiga” que se quede “tranquila”.

En lugar de eso todo el tiempo se les oye “deli”, “tranqui”, “gordi”, “amiguis”, etc. Cuando estés en extrema confianza puedes permitirte este tipo de cosas, si en serio te gusta hablar así… Sólo asegúrate de que no se te vuelva una maña (una compulsión), de modo que siempre puedas controlar cuándo quieres decir “deli” y cuándo no.

-       No ridiculices lo que desconozcas

He identificado que esto pasa con mayor frecuencia en la mesa. Si encuentras que frente a ti el mesero pone una jarrita de agua y una batea pequeña con una rueda de limón en el fondo y no sabes que eso es un aguamanil con su lebrillo, quédate quieto: no comiences a hacer muecas ni bromas con que la sopa te pareció decepcionante o tecnológica
(Yo he verificado cada una de esas reacciones personalmente).

Espera a que otra persona comience a hacer algo con eso y si te parece útil y razonable, haz lo mismo.

Nota: escoge muy bien de quién vas a seguir el ejemplo; no sea que termines haciendo lo mismo que algún bárbaro con iniciativa.

-       ¿Cómo se dice?

No se dice “caí en cuenta que”. Se dice “caí en la cuenta de que”.



 Imagen: Wunaladreaming

martes, 9 de octubre de 2012

“¿Por qué dije eso?”: de las respuestas automáticas a la autodeterminación






A todos nos ha pasado (y nos sigue pasando), que en cuanto nos despedimos de alguien, salimos de una reunión o nos levantamos al cabo de una entrevista, pensamos “caramba, ¿por qué dije eso?”, “¿por qué hice eso?” o, lo que es peor (esta hipótesis es más frecuente en el caso de las discusiones sentimentales): “¿por qué no le dije tal cosa?”

Esas reacciones inconscientes, tanto por acción como por omisión, corresponden a la definición de “hábitos”. Sí: son formas de comportamiento o de respuesta que hemos automatizado luego de haberlas repetido muchas veces.

Un hábito es un hábito porque es algo que hacemos de manera inconsciente (sin tener que pensar en eso); sin prestar atención y sin gastar energía en la operación neuronal de fondo. Es un mecanismo que funciona solo y que pudimos haber adquirido desde la infancia.

Son muchísimas más que las que enlistaré a continuación. Sin embargo, las conductas automatizadas que observo con mayor frecuencia, son:

-       Asentir todo el tiempo con la cabeza (genera desconfianza en tu interlocutor; le hace perder el interés en esforzarse por convencerte)

-       Autocriticar o demeritar tus logros

-       Aceptar cosas que no quieres o no puedes hacer (ser incapaz de decir “¡NO!”)

-       No aceptar jamás un cumplido (siempre contestar con un argumento que lo “desmiente”)

-       Vivir a la defensiva, sobre-reaccionando a opiniones o circunstancias con las que no estás de acuerdo

-       Burlarte o ridiculizar lo que dicen o hacen los demás

-       Decir mentiras

-       Exagerar

La mayoría de nosotros se identifica con alguno (si no con varios) de los hábitos de la lista. Una vez ubicada la costumbre, tienes que preguntarte cómo lo pudiste haber adquirido: ¿te lo enseñaron en la infancia?, ¿te salvó una vez que estuviste en aprietos?, ¿estabas ahí cuando le funcionó a alguien más y lo acogiste como un modelo de reacción para ti?

Las últimas dos opciones explican gran parte de nuestros hábitos: cuando tenemos que presenciar escenas de enfrentamiento (de ideas, de personas, de niveles de fuerza, etc.) que nos causan una fuerte impresión, una parte de nuestro cerebro decide, en su criterio, qué extremo de la discusión salió victorioso, graba esa reacción “exitosa” y la guarda para que reaccionemos así ante un evento similar en el futuro.

El problema de este mecanismo automático de reacción es que, como es automático, de entrada, no es inteligente (dijimos que lo automático es lo que se hace sin necesidad de pensar antes).

Segundo, aunque el mecanismo tiene el propósito noble de evitar ponernos en riesgo, sacarnos de un apuro o hasta hacernos quedar bien, tiene el efecto negativo de bloquear nuestro camino al éxito imponiéndonos siempre el mismo tipo de respuestas, anulando tu creatividad y tu capacidad de improvisación.

¿Por qué los automatismos te sacan del camino del éxito? porque a nadie le gusta tratar con una persona cuyas reacciones siempre corresponden a las de alguien mentiroso, impresionable, agresivo, burlón, exagerado o que no se respeta a sí mismo, de manera que quien tenga algún poder de decisión optará por otro que no seas tú para hacer ese negocio, para darle ese contrato, para aceptar salir en una cita, etcétera.

En resumen, esa actitud que se ha vuelto una “maña”, seguramente alguna vez te resultó de grandísima utilidad, pero ahora se te está volviendo un problema porque te impide acceder a cosas, actividades y personas más interesantes de las que ordinariamente frecuentas, realizas o tienes.

¿Cómo dejar atrás esas respuestas automáticas? Te vas a poner una meta muy sencilla: no suponer nada.

No supongas nada. No supongas que la persona que está en frente se va a sentir mejor si minimizas todos tus méritos; no supongas que tienes que hacer algo; no supongas que los demás se van a ofender o van a pensar que eres un engreído si no aceptas hacer algo que no quieres; no supongas que vas a lastimar a otro por no aceptar hacer cosas que te lastiman o que minan tu autoestima.

¿Qué caracteriza a las personas que han tomado consciencia y han controlado su Sistema de Respuesta Automática?

Muchas cosas buenas (o, al menos, muy deseables): son bastante autoeficientes (confían en poder alcanzar resultados por sus propios medios), lo cual, generalmente, los lleva ser personas exitosas. Son muy felices porque no sufren de ataques de culpa (los que vienen luego de haber reaccionado sin pensar). Como tomaron conscientemente el nuevo hábito de pensar rápido, tienen respuestas más funcionales a los desafíos cotidianos. Como se acostumbraron a pensar un segundo antes de entrar en acción, no son víctimas ni presas de emociones que sienten que no pueden controlar.

Y tú, ¿qué puedes ganar si erradicas tu obsoleto Sistema de Respuestas Automáticas? No te bastará la vida para terminar de celebrarlo: ganarás poder personal. Obtendrás el dulce privilegio de la Autodeterminación.

Imagen: Secretos de Prosperidad

viernes, 5 de octubre de 2012

Uniendo "mis" puntos




Bogotá, 6 de octubre de 2012


Hace exactamente un año, manejando de mañana por el costado occidental del Parque de Francia en Bogotá (carrera 16, calle 106), pensaba en lo que había significado Steve Jobs para el mundo contemporáneo (ya sabes lo que dicen: “when you go Mac, you never go back”), mientras oía el reportaje sobre su fallecimiento. De repente, por instrucción del director de la cadena radial que oigo todos los días, comenzó la transmisión del discurso que pronunció S. Jobs para unos graduandos de la Universidad de Stanford… y la idea que tenía de mi propia vida jamás volvió a ser igual.

Hoy quiero compartir el mensaje que yo encontré tan estremecedor y que fue tan definitivo para animarme a seguir progresivamente mis convicciones (los más valientes seguro actuarán más rápido…).

Posiblemente todos los medios de comunicación harán esto mismo hoy: colgar el enlace del video con el memorable discurso; poner unas imágenes extra de Jobs, etc., así que compartirles este video no tendría nada de novedoso. Sin embargo, una cosa muy valiosa que he aprendido en los últimos tiempos es a actuar por convicción, llevando a cabo los planes que son importantes para mí (y ya no sólo esos que son “convenientes para mí”), como ciertamente lo es esta aventura que vivo ahora, cuando luego de 11 años de academia y práctica en una profesión tradicional, decidí profesionalizar las investigaciones y los experimentos que hacía por pasión durante los últimos 10 años… y vivir de eso.

Lo que he aprendido es que si haces las cosas por convicción sincera, sin pensar en lo que se comente en la tribuna, llegará el día en que ese recorrido que has hecho pueda ser de utilidad para alguien más.

Cualquier cosa que yo quisiera decir ahora sobraría frente a la contundencia del mensaje que recibieron los estudiantes de la Universidad de Stanford. Lo único que sí tiene sentido añadir en este aniversario es que las palabras sencillas, pero portadoras de una lógica devastadora, que usó Steve Jobs para contar sus tres historias, determinaron -para mí- el fin de la época en la que sentía, con mucha angustia, que la vida era eso que estaba pasando todo el tiempo afuera de la ventana de mi cuarto.


miércoles, 3 de octubre de 2012

Que el clima no sea un problema







Esta foto tiene el encanto de juntar dos tendencias súper divertidas de la temporada: las faldas largas y plisadas y los zapatos tipo "peep toe" (esos con un huequito en la parte de adelante). 

Estos zapatos, igual que algunas sandalias, se pueden usar perfectamente en climas otoñales como el de Bogotá. 

¿Una sugerencia de estilo para el clima frío? entre más correas cubran el pie, mejor. Para quienes se atreven a más: usarlos con medias delgadas, con medias caladas o de malla es un hit, pero exigen una actitud  a r r a s a d o r a.  No hay que pensarlo tanto... ¡de una! 



Imagen: Gucci from All the Pretty Birds

Las inmortales Wayfarer de Ray-Ban y el estilo bajo el sol



Ray-Ban se anotó un hit en 1953 cuando lanzó al mercado la línea “Wayfarer” de lentes de sol, diseñadas inicialmente para pilotos (como las tradicionales Ray-Ban Aviator, de marco dorado), pero que se convirtieron prontamente en un objeto de deseo al romper la tradición de las gafas con estructura metálica.

Este estilo de montura gruesa, de corte angular en la parte superior y redondeado en la parte de abajo, es bastante versátil y tiene el encanto de disparar el estilo de los hombres que las llevan actualmente.

Aunque fueron inicialmente pensadas para los señores, estrellas como Audrey Hepburn y Marilyn Monroe no aguantaron la tentación de llevarlas también.

¿Cómo salirle al ruedo a esta tendencia? Seas hombre o mujer, comienza por probarte las tradicionales, de marco negro con lentes entintados de verde oscurísimo. ¿Te sobra actitud? Corre a buscar las de marco imitación de carey (¡cuidado con las tortuguitas!), con el ángulo de arriba un poquito más marcado, que también adornan magníficamente tanto a hombres como a mujeres.

¿Cuáles evitar? De entrada, las de lentes con tinte café o rojizo porque no a todo el mundo les van bien. Con esas hay que ir con cuidado…


Imagen: Vestido con Estilo