lunes, 15 de abril de 2013

Los 4 pasos del cambio que sí lleva a la Felicidad


La vanidosa Felicidad exige a sus pretendientes una alta dosis de honestidad; por eso es que insisto tanto en que, en la mayoría de los casos, cuando el bienestar parece una quimera esquiva, no hay que seguir haciendo más y más cosas innovadoras sino, por el contrario, dejar de dar tumbos e insistir con más ahínco en ser y sólo ser.

Aunque esto sigue siendo así, en ocasiones la Felicidad precisa un cambio: dar un salto en la frecuencia energética en que resonamos. Sí, sí, como si se tratara de un radio que puede estar sintonizado en 780 KHz o en 1.200 KHz. Exactamente así.

¿Por qué? Porque así como la emisora que se sintoniza en 780 KHz no tiene la misma programación de la que se oye en 1.200KHz, a quienes viven en un nivel más bajito no les ocurren las mismas cosas que a quienes resuenan con cosas correspondientes a un nivel superior.

Así, pues, el cambio, para que sea genuino y, sobretodo, duradero, debe gestarse desde adentro; desde la médula. En mi búsqueda particular (porque yo también sigo tratando de colgarme al tren que es) he concluido que el éxito está en lo siguiente: