Sea que estés a punto de asumir una nueva posición dentro de la compañía en
la que trabajas actualmente o que estés buscando un nuevo empleo, es indispensable hacer un ajuste a tu
Marca Personal. ¿La razón? simple: sin importar cuál sea el motivo del cambio,
lo cierto es que necesitas comenzar a impactar en personas distintas a esas con
las que te relacionabas habitualmente. Ten en cuenta que es verdad que tu antigua Marca Personal, si bien te trajo
hasta este punto, ya hizo todo lo que podía hacer por ti. Es agotador (tanto para ti como para
quienes te rodean) seguir tratando de vender el mismo cuento de siempre.
Tener una nueva forma de hacer presencia es clave (y piensa en esto todo el tiempo) porque tienes tres
objetivos primordiales en cuanto a tu posicionamiento se refiere: que te noten,
que te recuerden y que te prefieran.
En mi práctica profesional, tanto en los procesos individuales que acompaño
en mi oficina como en las conversaciones que tengo con los asistentes al final
de mis seminarios, he detectado cinco
aspectos centrales que determinan una verdadera diferencia a la hora de
desarrollar una Marca Personal memorable y son los que señalo a
continuación:
1. Ten muy claro quién
quieres ser (sin importar las circunstancias)
La característica que distingue tajantemente a las personas que se sienten
exitosas de las personas que dicen haberse quedado
a la mitad del camino, es que las primeras
decidieron quiénes querían ser a pesar de lo que les estaba ocurriendo.
Siempre oímos cosas como “si no fuera
madre de tres hijos tendría más tiempo”;
“si
no me hubieran despedido de aquel
trabajo no habría terminado dedicándome a esto”; “si hubiera podido estudiar en
otra universidad, tendría mejores contactos profesionales”; “si las personas de mi equipo de trabajo fueran más independientes, yo podría
dedicarme a lo que es verdaderamente importante”; “cuánto desearía no tener que pasarme mi vida haciendo dinero para otro”; “si mi jefe fuera menos egoísta y
me ayudara a conseguir el ascenso
que merezco”… y así podría seguir con todas las quejas que recibo cada día.
Todos estos ejemplos que he citado corresponden a la forma de pensar propia
de las personas reactivas: sí, a
personas que sólo “reaccionan” a las
cosas que les pasan pero que nunca toman una posición por cuenta propia;
personas a las que les aterra ejercer su libre albedrío y prefieren pagar el precio de esconderse tras la fachada de la
resignación que, aunque a los ojos un observador desprevenido pareciera ser una
virtud, a la larga no es más que una forma sofisticada de victimización (de esto último me hizo caer en la cuenta mi
médico fantástico en una reciente visita).
En la orilla opuesta a la de los reactivos se encuentra una población muy
interesante: los proactivos o, dicho
en otras palabras, las personas que
viven en un estado mental de acuerdo con el cual entienden que son ellas (y sólo ellas) quienes eligen,
primeramente, qué quieren para su vida y, a continuación, cómo van a responder
a los desafíos de la cotidianidad de acuerdo con lo que han elegido ser, no
importa qué (si te sientes identificado con este grupo de gente te aconsejo
leer un clásico del liderazgo: “Los siete hábitos de la gente altamente
efectiva”, del Dr. Stephen Covey).
En cuanto a tu nueva Marca Personal se refiere, tener claro quién quieres ser
en lugar de estar pensando apenas en quién puedes
ser es de la mayor utilidad porque: (i) te evita presentarte a convocatorias
de trabajos frustrantes o que, incluso, representarían un acto de traición a tus sueños; (ii) te da una
mayor flexibilidad, ya que siendo lo importante encontrar una ocupación que te
permita ser la persona que has decidido
ser, el “cómo” pasa a un segundo plano (te
liberas de entelequias confusas como esa del tal “trabajo ideal”); (iii) te vuelve automáticamente más enfocado y más creativo ya que tu
propósito fundamental va a ser encontrar la manera de llevar a cabo tu plan
superior de vida, dejando atrás la pálida idea de pasar los días sólo tratando
de sobrevivir.
2. ¿Comenzaron a imitarte?
¡Fantástico!
Pero es hora de innovar.
Urgente.
Los coaches ejecutivos sabemos muy bien que en la curva del éxito profesional
hay un momento en el que el crecimiento se dispara y tenemos una explosión
inusitada y sucesiva de triunfos. Sabemos, igualmente, que cuando esto pasa, lo que tienes que hacer es explotar esa
característica por la cual te están buscando tanto (o que te está haciendo
tan exitoso). Aprovecha, aprovecha, aprovecha… hasta cuando comiencen a
imitarte.
En cuanto detectes imitadores importantes
(porque impostores de mediopelo hay
en todas partes pero no te dejes distraer por éstos), sabrás que ha llegado la
hora de innovar: es el momento de ajustar tu Marca Personal, de crear otro
producto o de aparecer con alguna propuesta novedosa. Si reinventarse no fuera tan
importante, ¿por qué crees que una marca tan fuerte como Coca-Cola siempre está
no sólo haciendo publicidad sino que aparece cada vez con propuestas más ocurrentes? Precisamente por esta razón: la
consigna es “innovar o desaparecer”.
3. La pasión: un aliado
poderoso o un enemigo letal
Piensa en la actitud con la que estás asumiendo tu nuevo reto laboral y
contesta: ¿Sólo actúas con pasión cuando
estás enamorado o cuando se te sale el niño interior?
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