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viernes, 14 de noviembre de 2014

¿Cambiando de empleo o de posición? Urgente ajustar tu Marca Personal


Sea que estés a punto de asumir una nueva posición dentro de la compañía en la que trabajas actualmente o que estés buscando un nuevo empleo, es indispensable hacer un ajuste a tu Marca Personal. ¿La razón? simple: sin importar cuál sea el motivo del cambio, lo cierto es que necesitas comenzar a impactar en personas distintas a esas con las que te relacionabas habitualmente. Ten en cuenta que es verdad que tu antigua Marca Personal, si bien te trajo hasta este punto, ya hizo todo lo que podía hacer por ti. Es agotador (tanto para ti como para quienes te rodean) seguir tratando de vender el mismo cuento de siempre.

Tener una nueva forma de hacer presencia es clave (y piensa en esto todo el tiempo) porque tienes tres objetivos primordiales en cuanto a tu posicionamiento se refiere: que te noten, que te recuerden y que te prefieran.

En mi práctica profesional, tanto en los procesos individuales que acompaño en mi oficina como en las conversaciones que tengo con los asistentes al final de mis seminarios, he detectado cinco aspectos centrales que determinan una verdadera diferencia a la hora de desarrollar una Marca Personal memorable y son los que señalo a continuación:

1. Ten muy claro quién quieres ser (sin importar las circunstancias)

La característica que distingue tajantemente a las personas que se sienten exitosas de las personas que dicen haberse quedado a la mitad del camino, es que las primeras decidieron quiénes querían ser a pesar de lo que les estaba ocurriendo.

Siempre oímos cosas como “si no fuera madre de tres hijos tendría más tiempo”; “si no me hubieran despedido de aquel trabajo no habría terminado dedicándome a esto”; “si hubiera podido estudiar en otra universidad, tendría mejores contactos profesionales”; “si las personas de mi equipo de trabajo fueran más independientes, yo podría dedicarme a lo que es verdaderamente importante”; “cuánto desearía no tener que pasarme mi vida haciendo dinero para otro”; “si mi jefe fuera menos egoísta y me ayudara a conseguir el ascenso que merezco”… y así podría seguir con todas las quejas que recibo cada día.

Todos estos ejemplos que he citado corresponden a la forma de pensar propia de las personas reactivas: sí, a personas que sólo “reaccionan” a las cosas que les pasan pero que nunca toman una posición por cuenta propia; personas a las que les aterra ejercer su libre albedrío y prefieren pagar el precio de esconderse tras la fachada de la resignación que, aunque a los ojos un observador desprevenido pareciera ser una virtud, a la larga no es más que una forma sofisticada de victimización (de esto último me hizo caer en la cuenta mi médico fantástico en una reciente visita).

En la orilla opuesta a la de los reactivos se encuentra una población muy interesante: los proactivos o, dicho en otras palabras, las personas que viven en un estado mental de acuerdo con el cual entienden que son ellas (y sólo ellas) quienes eligen, primeramente, qué quieren para su vida y, a continuación, cómo van a responder a los desafíos de la cotidianidad de acuerdo con lo que han elegido ser, no importa qué (si te sientes identificado con este grupo de gente te aconsejo leer un clásico del liderazgo: “Los siete hábitos de la gente altamente efectiva”, del Dr. Stephen Covey).

En cuanto a tu nueva Marca Personal se refiere, tener claro quién quieres ser en lugar de estar pensando apenas en quién puedes ser es de la mayor utilidad porque: (i) te evita presentarte a convocatorias de trabajos frustrantes o que, incluso, representarían un acto de traición a tus sueños; (ii) te da una mayor flexibilidad, ya que siendo lo importante encontrar una ocupación que te permita ser la persona que has decidido ser, el “cómo” pasa a un segundo plano (te liberas de entelequias confusas como esa del tal “trabajo ideal”); (iii) te vuelve automáticamente más enfocado y más creativo ya que tu propósito fundamental va a ser encontrar la manera de llevar a cabo tu plan superior de vida, dejando atrás la pálida idea de pasar los días sólo tratando de sobrevivir.

2. ¿Comenzaron a imitarte? ¡Fantástico!
Pero es hora de innovar.
Urgente.

Los coaches ejecutivos sabemos muy bien que en la curva del éxito profesional hay un momento en el que el crecimiento se dispara y tenemos una explosión inusitada y sucesiva de triunfos. Sabemos, igualmente, que cuando esto pasa, lo que tienes que hacer es explotar esa característica por la cual te están buscando tanto (o que te está haciendo tan exitoso). Aprovecha, aprovecha, aprovecha… hasta cuando comiencen a imitarte.

En cuanto detectes imitadores importantes (porque impostores de mediopelo hay en todas partes pero no te dejes distraer por éstos), sabrás que ha llegado la hora de innovar: es el momento de ajustar tu Marca Personal, de crear otro producto o de aparecer con alguna propuesta novedosa. Si reinventarse no fuera tan importante, ¿por qué crees que una marca tan fuerte como Coca-Cola siempre está no sólo haciendo publicidad sino que aparece cada vez con propuestas más  ocurrentes? Precisamente por esta razón: la consigna es “innovar o desaparecer”.

3. La pasión: un aliado poderoso o un enemigo letal


Piensa en la actitud con la que estás asumiendo tu nuevo reto laboral y contesta: ¿Sólo actúas con pasión cuando estás enamorado o cuando se te sale el niño interior?

jueves, 30 de mayo de 2013

Tip de Encanto No.5: Que tus modales sean "a toda prueba"

En los asuntos triviales, el estilo y no la sinceridad es lo esencial. 
En los importantes, también el estilo es lo esencial.

Oscar Wilde




¿Qué tienen en común el gran Gatsby, James Bond, el Dr. Watson, el conde de Montecristo y algunas de las personas más inolvidables que conocemos en la vida real?

Que tienen modales impecables y a toda prueba. No los pierden ni en las situaciones más agobiantes. No relajan sus buenas maneras por más confianza que lleguen a sentir con alguien.

Los ejes centrales para hacer que este tip de encanto funcione son clarísimos:

  • No te quejes salvo que sea realmente necesario. No subestimes el poder de una pequeña dosis de humor negro dentro de la queja. Sí, en el venenito está el encanto.


  • Prefiere hablar de conceptos a hablar de gente y mucho menos de gente anodina.


  • Por ningún motivo anuncies cosas fantásticas que no vas a cumplir porque la decepción es un sentimiento muy difícil de remontar: haz entradas triunfales con sorpresas cargadas de buen gusto.


  • Ríe con resolución, mira siempre con atención y sé especialmente escrupuloso en cuanto al número de palabras que usas para expresar una opinión.



Touché!

martes, 26 de febrero de 2013

Una Marca Personal que hace palpitar (de envidia y de amor): Jude Law




Acaba de cumplir 40. Actor, británico, rubio apacible: un verdadero ícono contemporáneo del encanto.

Jude Law es otra de mis marcas personales preferidas por el recuerdo tan fuerte que deja cada vez que aparece en escena y por el impacto sobrecogedor que causa cuando una foto suya se cruza al pasar las hojas de una revista. Al verlo dan ganas de jugar a ser, al menos por un rato, como él.

¿Por qué?

La respuesta en 12 razones y dos videos:


1. Siempre parece un poco desconcertado, pero nunca tiene un proceder errático

Pareciera que, aunque está atento a todo cuanto pasa a su alrededor, no alcanza a entender muy bien porqué pasa lo que está pasando y, sin embargo, siempre está en control de su situación. No titubea por ningún motivo.


2. Nunca parece suficientemente convencido de algo, ni siquiera de eso que lo está haciendo reír

Hasta cuando ríe con más ganas, pareciera que no quedó suficientemente convencido y que sigue guardando una parte de la celebración para sí. Sus risas son como condescendencias con el mundo.


3. Incluso en medio de escenas de peligro parece estar divirtiéndose

(¡¿Se necesita una explicación para entender por qué esa actitud es tan hipnóticamente atractiva?!)



4. Siempre se toma su tiempo

Hasta para levantar la mirada del suelo se concede un espacio, como si sus reflexiones fueran lo único que importa en el mundo.


5. Nunca está bien peinado

… Pero nunca está desprolijo. Por el contrario, es clarísimo que está intencionalmente despeinado.


6. Está serio, te mira a los ojos, sonríe medio incrédulo y… deja de sonreír

Esta sí es la más clásica; se llama reforzamiento intermitente y la premisa es así:Lograste hacerme sonreír un segundo. Si intentas más duro, tendrás otro poquito de eso que ya vi que te gustó tanto”. Listo.


7. Siempre parece saber demasiado de su interlocutor

Razón por la cual nunca dejará de estar en control de la situación y todos querrán ser como él o, cuando menos, estar junto a él.


8. Sus alegrías son bastante discretas pero muy muy intensas

Tal vez esa costumbre sea lo más envolvente de la aparente impavidez con que los ingleses acostumbran abordar el mundo. Su carácter flemático le hace parecer estar en control supremo de sus emociones, casi llegando al desapego.



9. Cuando no queda otro recurso del lenguaje se muerde los labios, luego de lo cual alza las cejas, rechazando cualquier posibilidad de culpa a su cargo

Sin palabras.


10. Incorpora movimientos femeninos y, sin embargo, su imagen no es afeminada

Esta es, quizás, la seña más contundente de su Marca Personal: Jude Law está muy muy muy consciente de su cuerpo delgado pero fuerte; de su cuello largo; de su sonrisa amplia, completa y alineada; de su mirada azul, así que se mueve, en –muchas- ocasiones, con la gracia de una mujer (si te fijas, los atributos físicos que enlisté bien podrían corresponder a la descripción de una mujer atractiva), sin perder el encanto original de un hombre.

Otra nota clave de su Marca consiste en preferir los azules, lavandas y grises en la ropa y los accesorios, dándose nuevamente un halo de feminidad sin poner en riesgo su sex-appeal masculino. Al contrario, esas elecciones terminan por reiterarlo.




11. Como Mastroianni, prefiere las Wayfarer de Ray-Ban

Les comparto esta reseña que hice para quienes quieren saber más de uno de los marcos de gafas de sol más trascendentales de la historia reciente:



12. Su contextura esbelta y sus rasgos perfilados lo hacen parecer vulnerable pero, a la vez, no parece necesitar nada de nadie

(Ahí está el secreto de su virilidad)

Finalmente, para que los caballeros aprendan –a escondidas, o no quedará nada de nuestra admiración- y las mujeres se diviertan, he seleccionado este par de video clips, luego de cuya reproducción quedará aún más claro el porqué de cada cosa que está anotada en este artículo:

Este es mi video favorito: Jude Law bajo la dirección de Guy Ritchie para la casa Dior. De infarto: Click aquí para ver el video No.1


Una selección de imágenes en movimiento de algunas de las películas más famosas de Law. A propósito, si les queda un tiempo, les recomiendo ver AlfieClick aquí para ver el video No.2


¡Seguimos haciendo girar cabezas!

lunes, 17 de diciembre de 2012

Qué no comprar para el atuendo navideño






Como es apenas justo, en medio de la compra de los regalos de diciembre solemos incluir un par de prendas de vestir para nosotros. Y, como he visto más de una fortuna malgastada en cosas poco halagadoras, combinaciones de colores disfuncionales o prendas sueltas que no tienen nada que ver con el resto del armario, pero que denotan un claro esfuerzo por tratar de innovar, voy a resumir a continuación qué cosas no elegir por ningún motivo (porque el daño a la imagen está garantizado) y con cuáles se va a la fija, para que cada quien se divierta diseñando su estilo sin arriesgar demasiado.

Las compras, paso a paso

Ir de compras, sobretodo en diciembre, cuando en este lado del planeta destinamos gran parte del presupuesto en regalos para nuestros allegados, debe ser un proceso que comience en casa, si queremos hacer inversiones inteligentes.

Como primera medida hay que revisar el clóset para establecer, a ciencia cierta, qué tengo, qué me hace falta, qué tengo repetido y, lo más importante: qué me gustaría tener. (La expresión contemporánea “aspiracional” no es exactamente mi palabra favorita, pero es inevitable tener en cuenta que la moda es, de por sí, bastante “aspiracional”, así que lo que “me gustaría tener” es algo que hay que tomar en consideración –incluso si al final hay que descartarlo).

Hay que confirmar que los básicos (una camisa blanca de abotonar, un pantalón negro, un par de jeans decentes, una camiseta blanca, un buen blazer, etc., -los infaltables) todavía estén en buen estado; de lo contrario, conviene comenzar por remplazarlos. Hay que ver qué colores y qué materiales (telas, tejidos) predominan en el guardarropa y tenerlos en mente para saber, ya estando en el almacén, con qué pieza nueva puedo hacer una buena combinación.

En segundo lugar, antes de pensar en el efecto adelgazante de los colores, en cuál es la última moda en las pasarelas, en qué llevaba puesto el modelo de la revista o en qué es lo que usa mi mejor amigo que se le ve tan bien, conviene que te preguntes: ¿qué quiero proyectar con mi atuendo?, ¿qué quiero experimentar cuando me vista?

Aunque estas preguntas parezcan un poquito cursis por el modo en que están formuladas, en realidad son de la mayor importancia. Si ya me cansé de tener el look de secretaria de los 80’s; si ya no quiero verme como un rebelde sin causa; si ya no necesito aparentar tener más edad de la que tengo porque la gente ya me toma en serio; si ya entendí que no tengo que verme más sexy que mi hija de 20 años; si quiero renovar mis contactos profesionales viéndome como un tipo exitoso de mediana edad, etc., cualquiera, cualquiera de esos propósitos exige un rato de reflexión antes de ir al comercio para evitar ser presa de algún buen vendedor.

Es tan cierto lo que te digo que, si no fuera así, no tendrías esos rincones oscuros del armario: hay muchísimas prendas que compramos “por inercia”; porque pensamos que son las que nos están bien; porque nos parecieron bonitas aunque en realidad no tenemos la ocasión para usarlas… Pues, como por cada cosa hay que pagar un precio, y el propósito es que no malgastes esa parte del presupuesto que destinaste para ti, contestar las preguntas que te hago viene siendo un paso inevitable.

En tercer lugar hay que tener en cuenta, ahora sí, los factores objetivos que te definen como la edad, el género, el color de la piel, el peso, la forma de tu cuerpo (lo primero es mirarte al espejo y saber, sin engaños, dónde concentras el mayor volumen corporal y qué partes son las más delgadas –es posible que sólo las muñecas sean delgadas; no importa. Hay que tener clarísimo el panorama), a qué te dedicas. En algunas ocasiones también hay que tener en cuenta a qué te quieres dedicar el año que viene

Como cada caso es distinto, aquí van los tips generales de supervivencia en materia de estilo.

Qué no hacer por nada del mundo

  • Estas son las combinaciones de colores que, por norma general (salvo algunas excepciones que nos tomaría mucho tiempo desarrollar aquí, pero que, faltaba más, quedan a tu criterio), te conviene evitar: negro + marrón oscuro; negro + azul oscuro; vino tinto (borgoña) + amarillo mostaza; amarillo + verde o amarillo + morado (esas dos combinaciones fueron consideradas audaces hace algunos años, pero ya no van más); verde oliva + verde manzana o verde oliva + verde esmeralda; gris + zapatos amarillo quemado (como color maní. En las calles vemos muchos señores intentando copiar el look de gangster italiano usando esos colores… Sí se puede, pero la cosa no es tan sencilla).


  • Los señores deben evitar usar pantalones negros con camisa roja, de la tela que sea.


  • No combinar: camisa de cuadros + pantalón de rayas. Blusa de flores + pantalón de flores. El mensaje es que procures equilibrar los estampados.


  • No combinar: cinturón marrón + zapatos negros + estuche para el celular de colgar en el cinturón en otro color (en tanto te sea posible, esto último no lo uses nunca. Gracias).


  • No usar: blusa roja + cartera roja, por ejemplo, si no son exactamente del mismo color. Cuando los tonos no coinciden rigurosamente, es mejor hacer un contraste con otro tono totalmente distinto.


  • No usar: jeans + los zapatos de usar con el vestido de saco y corbata.


  • Cancelado: camisetas blancas de cuello redondo que se asoman por la “V” de la camisa de abotonar que llevas encima. Si consideras indispensable usar la camiseta debajo, busca una con el cuello en “V” que no se asome por ningún motivo. (Así evitas verte “tibio”)


  • No usar: camiseta de cuello redondo por dentro de los jeans + cinturón de cuero. Esas camisetas van por fuera y listo. Nunca con pantalones formales, ¿cierto?


  • En los señores, hay que prestar especial atención a que la camisa sea de la talla correcta. Cuando la camisa es más pequeña (sea porque el puño no cubre la muñeca o porque el botón de la cintura tiene que trabajar muy duro), el resultado es poco favorecedor y nunca, por ningún motivo, se verán más jóvenes ni más esbeltos por usar la ropa más pequeña.


  • En las mujeres hay que asegurarse de que los pantalones tengan la pretina a la altura correcta (que no sean de corte muy bajo si la dimensión de la cadera no lo aconseja) y que no aprieten por debajo de la cintura para no hacer aparecer protuberancias que en realidad no tenemos pero que nos las crea el pantalón de la talla equivocada.


  • Que los señores eviten usar camisas color beige o “café con leche”, aunque el vendedor les diga que “es el color que combina perfecto con el marrón de los pantalones”. Como la camisa es lo que tenemos más cerca de la cara, el color que vaya ahí tiene que tener el efecto de “iluminar”; no de hacernos ver como pacientes hepáticos.


  • Señores, por ningún motivo: camisa de abotonar negra + pantalones negros + zapatos color miel.



Los tips para acertar

  • En lugar de comprar varias cositas sueltas –generalmente porque están en promoción-, visualiza una “pinta” completa desde la casa y sal a buscarla. Invierte en un look completo aunque vuelvas a tu casa con menos bolsas que cuando sales a cazar descuentos.


  • No compres cosas pensando “esto me servirá cuando esté de crucero por las Bahamas”, de no ser porque en realidad te vas de crucero por las Bahamas. En otras palabras, no compres cosas que no necesitas, pensando con el deseo.


  • Ve con tiempo y pruébate estilos que no has usado antes. Es posible que confirmes que, en efecto, no te quedan bien… pero también es posible que te lleves una sorpresa y renueves tu imagen en una misma tarde de compras.


  • Si no te gusta el estilo del vendedor que te atiende en el almacén, inventa alguna excusa para hacer que te atienda otra persona. De lo contrario ese vendedor, de buena fe, te va a aconsejar que te vistas como él… (Sigue tu instinto).


  • En caso de duda, opta por las combinaciones de color tradicionales: azul oscuro + azul celeste; azul + blanco; caqui +  verde oliva; gris oscuro + gris claro; gris oscuro + púrpura (berenjena); lavanda + azul oscuro etc. (A veces basta dar un vistazo a las vitrinas antes de elegir. Los almacenes serios generalmente cuentan con un asesor de imagen para diseñar la exhibición).


  • Los señores que le quieren apostar a la sofisticación se verán muy bien con camisas lavanda, azul claro, rosado claro.


Como la extensión de este artículo ya debe haber superado el límite de la paciencia de muchos lectores, me veo en la necesidad de interrumpir mis consejos aquí, no sin antes reiterar que, en materia de estilo, son más las cosas que sí se pueden hacer que las que no.

Quise enfocarme en lo que se debe evitar para asegurarme de resolver, al menos, las dudas más frecuentes; así que si se observan esos consejos básicos, la posibilidad de verse disfrazado o fuera de lugar es muy bajita. Por el contrario, les auguro una imagen bastante más encantadora que de costumbre.

¡Felices compras!


Imágenes: Es más; Dreamstime.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Una Marca Personal de infarto: Frank Sinatra




Francis Albert Sinatra (Estados Unidos, 1935-1998), ganador de cuanto premio importante hubo mientras vivió (Globos de Oro, Premios Óscar, Grammys, entre muchos otros), es el titular de una de mis marcas personales favoritas.

Hijo de inmigrantes italianos, tuvo por madre a una señora que, además de ser activista del partido demócrata, cumplía unas funciones equivalentes a las de La Celestina (la obra que yo sigo pensando que sí escribió Fernando de Rojas, aunque muchos digan que no); y, por padre, a un bombero que en las noches atendía su propia taberna.

Frank Sinatra creó en torno a sí uno de mis mitos artísticos favoritos, no porque su vida constituya propiamente un ejemplo a seguir, sino por la fascinación que generó en hombres y mujeres (incluidas señoritas desmayadas) y que contagió hasta al curioso Mario Puzo. (¿“No sé quién es el tal Mario Puzo”?: click aquí ).

Para no malgastar nuestro tiempo en rodeos introductorios, en virtud de la fama mundial del personaje que me releva de la necesidad de decir más, me permito enlistar a continuación las que, en mi personalísima opinión, constituyeron las razones centrales del encanto de Frank, también conocido como “La Voz” a partir de la vista de dos de sus videos que encuentro especialmente divertidos, por las grandísimas lecciones de expresión corporal que recibimos del cantante:

1. “What now, my love”: Ver el video haciendo click aquí

  • ¡Qué forma de moverse! Su modo de bailar no corresponde a su edad exactamente, ya que el movimiento juguetón de la cabeza y el balanceo intencionalmente perturbador pero rápidamente interrumpido de las caderas parecería el de alguien más joven o, acaso, el de una muchacha tímida, pero nunca el del hombre en sus cincuenta tempranos que se ve magnífico en su smoking. A él parece no importarle. Por el contrario, se le ve imperturbablemente ocupado en la pregunta de “y ahora qué, mi amor”.


  • Tiene la mirada de quien se está divirtiendo terriblemente pero, a la vez, pareciera abstraído de la escena; como si tuviera la mente volando sobre un lugar mejor. ¿El efecto? Sencillo: más de una mujer se habría rasgado las vestiduras por atrapar su atención y sentir que es ella la causa de tanta entretención.


  • Sus manos parecen estar midiendo una cintura de mujer: mira el ademán cuando el video va en 1:17 y piensa en la época para la que él cantaba. Su mano izquierda mostrando una convexidad apretada no sólo sería arrebatadora para las espectadoras sino, además, un gran modelo para los señores.


  • Es que dan ganas de ser él”, para sentir lo que está sintiendo: cuando el video va en 2:10, más o menos, en los dos golpes fuertes de la batería Frank aprieta los dientes y suelta ligerísimamente los labios, como si ese sonido le estremeciera hasta la médula de puro gusto.  

Esa movida funciona bajo el mismo principio de la de Tom Sawyer cuando su tía le mandó pintar la cerca y él no quería hacerlo: su estrategia para librarse de la misión fue mostrarse tan tremendamente divertido pintando (hasta silbaba de la dicha), que al final los demás niños hacían una fila y le pagaban con tal de tener la ocasión de divertirse tanto como él… pintando la cerca que jamás quiso pintar.


2.  “The girl from Ipanema”, con Tom Jobim: Ver el video haciendo click aquí

  • Aquí la cosa es todavía más sencilla: durante los primeros 20 segundos de reproducción, bien podrías sustituir la guitarra por la Chica de Ipanema, porque Frank mira el instrumento musical como si en su lugar estuviera bailando despacito, frente a él, una mujer de otro mundo.


  • Canta con una expresión de deleite, casi hasta el paroxismo, que te hace pensar que la letra de la canción se le está ocurriendo ahí mismo, mientras piensa en la afortunada y sostiene desprevenidamente el cigarrillo en su mano derecha. El momento culmen está en el minuto 1:20 hasta 1:29, mientras dice “tall and tan and young and lovely” (alta y bronceada y joven y adorable), donde parece que estuviera viendo una aparición.


  • Y, para cerrar con broche de oro y confirmar el trance, Frank suelta una bocanada de humo durante la sutil reverencia que hace al recibir los aplausos del público. Listo.


Además de lo entretenedor que es, para sus fans (yo la primera, claro. No quisieran ver el brillito que me queda en los ojos luego de ver este par de videos una y otra vez en son de entenderle su juego), verlo en escena, F. Sinatra se hizo acreedor de una exitosísima Marca Personal, entre otras, por las siguientes razones:

  • Jamás se preocupó por desmentir lo que se decía de él: se le asoció con la mafia, se le vinculó con asesinatos y tenía fama de no tener buenos modales, pero las dos primeras cosas no se pudieron demostrar fehacientemente, como parece que consta en el expediente de más de 2.400 folios que reposa en el archivo del FBI.


  • Cantó en la boda de la hija de un miembro de La Cosa Nostra, inspirando así la famosa escena de El Padrino.


  • Fue amigo personal de los Kennedy, de los Reagan y activista de la campaña de Roosevelt. Estuvo involucrado con Marilyn Monroe y casado con Ava Gardner y con la joven Mia Farrow.


  • Se resistía a ensayar sus presentaciones, por lo que a veces desentonaba un poco o cometía pequeños errores que terminaba convirtiendo en el eje de su encanto en escena.


  • Daba instrucciones al controlador del sonido de ajustar el volumen de su voz por encima del de la orquesta, de modo que pudiera lograr el efecto de “susurrar al oído del público”.


Notoriedad”, “espontaneidad”, “contactos importantes” y “nunca desmentir el mito ni confirmarlo totalmente”, podrían ser los atributos más sobresalientes de esta Marca Personal tan hipnótica para muchos.

Nos queda bastante para pensar por un rato, ¿ah?

Imagen: Plumas de Caballo

jueves, 6 de diciembre de 2012

Estado mental femenino: Clímax con Taches






Desde la década de los 80’s las mujeres hemos tenido nuestras “oleadas de taches” (“estoperoles” o “studs”). Ahora mismo estamos en medio de una y esa es mi propuesta de la temporada: que le devuelvas la dignidad a esa cartera de taches olvidada en el fondo del clóset o que reúnas la actitud para comprarte una pieza.

Anoche estuve en una fiesta  -qué fiesta-  de creativos de producción audiovisual y ¡los taches eran la sensación!

Ahora mismo encontrarás de todo en las vitrinas con aplicaciones de metal: blusas, tops, chaquetas (de cuero y en tweed –que es un material que permite seguir la tendencia a más bajas revoluciones), ballerinas, zapatos de tacón, corsés, todo, todo, todo.

Naturalmente, hay unas reglas que hay que seguir para que te veas regia y no como si te hubieras disfrazado de La Reina del Glam:

-       NO te vistas de pies a cabeza con estoperoles. Ensaya máximo dos cosas: cinturón + zapatos; chaqueta + cartera de mano; pantalones + zapatos de tacón con taches en el talón o en la punta; bolso grande de día + un poquito en el top debajo de la chaqueta.

Ojo: si elegiste un corsé con taches, detente ahí: esa pieza es de por sí suficientemente llamativa, así que mejor no uses el metal en otra.

-       Si es la primera vez que vas a usar taches y no te sientes muy segura, evita las prendas negras porque el contraste es muy fuerte. Prueba con unos zapatos planos en color nude (piel) que tengan ese detalle o con una cartera de mano pequeña (con un clutch).

-       Si vas a llevar una chaqueta negra de cuero con taches (bastante demandante de actitud, por cierto), NO uses rosado en el maquillaje y menos en los labios. Combina la chaqueta con jeans oscuros o con pantalones negros para no verte excesivamente “de fiesta”.

-       La tendencia derrite a mujeres de todas las edades. Las más grandes se ven muy bien con zapatos planos o bolsos de día con taches. Con más de 55 años (la apariencia según la edad es muy relativa; sobretodo ahora. Escogí “55 años” por dar un parámetro más o menos objetivo), es mejor evitar las chaquetas con esos apliques.

-       Para disparar el estilo en la oficina, taches (pocos) en una sola parte: los hombros de la chaqueta.

-       Pulseras o anillos del mismo estilo son otra opción de llevar la tendencia.

-       Evita la mezcla de taches + colores neón porque, como lo hemos mencionado en otras veces, puedes resultar llamando la atención por las razones equivocadas.

Por cierto, los colores de neón irrumpieron brevemente a mitad de año, pero fue una aparición realmente fugaz. Si todavía tienes cosas de ese color circulando, considera seriamente volver a ponerlas en el cajón y esperar al siguiente arrebato en unos meses.

¡Feliz comienzo de diciembre, chicas!


Créditos: Miss Vintage, Dafiti, Fashion Fever, Bess NYC, Stalk Buy Love, The Teenie Weenie Blog, JLo, The Examiner, Helene’s Wardrobe.


lunes, 3 de diciembre de 2012

Tip de encanto No.4: Sé impredecible (pero rebosante de estilo)






Tener reacciones o salidas inesperadas dispara tu encanto porque mantiene alerta al interlocutor. ¿El resultado? Siempre querrán un poquito más de ti. ¿El mejor resultado? Comenzarás a ver cómo, paulatinamente, tu entorno comenzará incluso a esforzarse por llamar tu atención.

¿Las reglas? Sencillas:

1. Sólo es impredecible quien ocasionalmente hace algo extraordinario, fuera de lo común. En otras palabras, no puedes volverte permanentemente impredecible porque es un ejercicio tautológico (¿qué es eso? click aquí): terminarías siendo predeciblemente impredecible y eso atentaría peligrosamente contra tu credibilidad. (Ojo con poner en riesgo tu Marca Personal por querer llamar la atención a cualquier costo).

2. No te esfuerces –eso siempre se nota. Ser impredecible implica descubrir las múltiples personalidades que sinceramente cohabitan en ti y dejarlas salir de vez en cuando.

Cuidado: El límite es llegar a traicionar la propia esencia en el afán de conseguir ese halo de misterio que envuelve a quienes tienen reacciones inesperadas.

3. Conoce tus propias reglas. A partir de ahí, haz excepciones que a la larga sólo confirmarán quién eres.

4. No ensayes. O, bueno, de pronto sí, pero poquito y en secreto.

¿Cómo llevarlo a cabo? (cada quien escoge lo que se le acomode, naturalmente. Aquí van unas ideas sencillas para salir de la rutina): Anímate a usar ese color que te gusta tanto pero que te ha faltado actitud para llevar; recibe a tus invitados (en la casa, en el carro, etc.) con una música que no sabían que le pudiera gustar a alguien como tú; desarrolla algún talento que no tenga nada que ver con lo que haces de ordinario; cuando te cuenten algo, en lugar de preguntar “¿por qué?”, pregunta “¿cómo pasó?” (o pregunta lo que sea, menos “por qué”); deja que se enteren de que vas a almorzar con alguien que al lado tuyo parece un marciano, sonríe, y por ningún motivo des explicaciones; cambia la corbata por un pañuelo el martes…

¿Mi favorita? anuncia una cosa, pero haz primero otra.


Imagen: Vida Ruletera

miércoles, 31 de octubre de 2012

Tip de encanto No.3: Abotona sólo lo de rigor






Para recibir el máximo retorno posible de la inversión que hiciste en esa chaqueta de tres botones, hay que saber llevarla; sobretodo evitando el look de “paquete mal envuelto”.

La regla es sencilla y aplica para los señores en todos los casos y para las mujeres más ejecutivas:

Cuando el saco del vestido (o cualquier chaqueta de las mismas características) tiene tres botones, éstos se apuntan como se indica en la foto: el de arriba es opcional (pero mejor no); el segundo se abotona siempre (siempre que permanezcas de pie; se desabrocha justo antes de sentarte) y el tercero no se abotona nunca, jamás, por ningún motivo.

Si es de dos botones, igual: el de arriba, . El de abajo, no.

Y, como siempre hay algo más que se puede hacer, “¿cómo disparo el estilo?Aprende a desabotonar todo lo que puedas con una sola mano.

-Sí, como James Bond.


Imagen: Now Magazine, UK.

martes, 30 de octubre de 2012

Alguien tenía que decirlo: "Señores, ya no basta con una abultada billetera"





Es un hecho que cada vez hay más mujeres hermosas, inteligentes y exitosas dando de qué hablar por todas partes; dirigiendo los proyectos más impresionantes. Se ha demostrado que una belleza conmovedora no implica necesariamente que su titular sea una rubia tonta del montón; por el contrario.

Las mujeres alrededor del mundo están tomando cada vez más y más consciencia de sus encantos; cada vez se conforman menos y ambicionan más. 

Si a este factor le sumamos el hecho de que en el mundo occidental los matrimonios por conveniencia están a punto de extinguirse (si acaso no lo están ya), la escena que representó con tantísimo tono caricaturesco Francisco de Goya en su obra La Boda, donde al tipo feo, viejo y barrigón le es entregada en matrimonio una preciosa damita, hija de alguna familia decente pero venida a menos, no va a ser sino eso: una pieza para conservar en el Museo del Prado, como una evocación de las cosas que pasaban en 1792.

Señores: en el actual estado de cosas una billetera contundente es, sin duda, un vehículo que viabiliza la posibilidad de ofrecer algunas amenidades, las cuales constituyen apenas el inicio de una relación con una de esas mujeres de alto ranking.

Por cuanto ellas dejaron de limitar sus encantos al maquillaje bien puesto, a conservar una figura esbelta y a hacer algunas inversiones en vestuario, los caballeros que quieran hacerse a las joyas de la corona deben estar dispuestos, igualmente, a trabajar en su belleza (sin llegar al extremo del manierismo, claro, pero sí denotando cuidado por su aspecto); refinar sus modales y movimientos; esmerarse en ser buenos anfitriones; desarrollar su sentido del humor -que no sólo funcione en las noches de hombres sino también con las mujeres-; invertir en su atuendo (un amigo de la costa me decía “oye, no esto no es un gasto: ¡son relaciones públicas!”) y, sí, como es inevitable, desarrollar una que otra técnica amatoria que los reafirme en la intimidad.

Es que no hay de otra: las mujeres ya no se descabezan compitiendo entre ellas por quién se lleva el mejor partido. Ellas saben lo que tienen y lo que valen sus encantos… y están dispuestas a esperar un poquito más, de ser necesario.

Todo el tiempo estamos comunicando; todo el tiempo estamos participando, de manera que es un riesgo desproporcionado seguir dejando al azar el conjunto de aspectos que conforman tu imagen.

Funciona en los negocios, funciona con las mujeres: hay que apartar un rato a crear tu marca; a diseñar la forma como vas a ser percibido, si no quieres ser el último de la fila. Que yo insista tanto en el prototipo del dandy en varias de mis publicaciones, no es una casualidad; es una opción en medio de muchas otras opciones de abordaje exitosas, desde que estén bien pensadas. 

De aquí para allá la cosa depende de cada cual.


Pd: Sólo vamos a estar de ronda por acá una vez. No vale la pena ser el último de la fila.