"El estilo es el vestido del pensamiento"
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Óscar Wilde
Queridos amigos,
Cuando de la primera
vez que salen con una mujer se trata, hay algunos detalles que pueden incidir
decisivamente en la posibilidad de que haya una segunda cita o que pueden
determinar que la chica cambie tu nombre en el celular por “No Contestar”.
Las cuestiones
relacionadas con los buenos modales, con el comportamiento en la mesa, con la amenidad
en la conversación, todos las sabemos o, al menos, las intuimos por ser de uso
generalizado en nuestra civilización, así que no les aportaría nada
reseñándoselas, ni les estaría revelando un gran secreto diciendo que a todas
nos encanta (con el perdón de Florence Thomas y sus copartidarias) que nos
abran la puerta, nos corran la silla, nos cedan el paso o nos celebren el vestido
que escogimos llevar puesto.
Pero hay cosas,
mis adorados hombres, frente a las cuales, a pesar de que parecen ser de
elemental sentido común (por lo prácticas que se pueden ver a simple
vista – Hey: nunca es bueno tratar
de tener éxito con una mujer siendo práctico-), es conveniente que ustedes se nieguen categóricamente a dejar que
pasen, si quieren quedarse en el recuerdo de esa chica como todos unos
caballeros.
Aquí van, pues,
las propuestas de las mujeres que hay que rechazar… cuando menos en la primera
cita (deben saber que en muchos casos las mujeres tienen prendido el “caballerosímetro”
y dicen las cosas sólo por probarlos):
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Escena 1: Salieron de noche (en el plan
que sea) y ella dice que puede devolverse sola a su casa, tomando un taxi en la
calle o caminando: hay que negarse y acompañarla hasta la puerta de la casa,
incluso si no fue una buena noche.
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Escena 2: Por iniciativa de ella o tuya (no importa –ojo con esto de que “el que se inventa el plan, paga”, que no
hay un mito urbano más trágico que ese) fueron a comer, a almorzar, a lo que sea
y ella, por prudencia, se ofrece a pagar la mitad de la cuenta: hay que negarse
rotundamente, agradecerle por su encantadora compañía y quitar la cuenta de su
vista.
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Escena 3: Ella se ha mostrado en extremo
curiosa por la personalidad de tu ex - novia (ex – esposa, lo que sea) e
insiste en que le cuentes detalles de tu relación anterior: hay que hacer
cualquier comentario neutral sobre la anterior pareja, negarse a dar más
detalles y cambiar el tema diciendo que por lo pronto estás pensando en la
persona que tienes al frente.
Estas tres
escenas que he reseñado no tienen que transcurrir siempre de la misma manera,
como es apenas obvio. Hay circunstancias que admiten excepciones válidas y
razonables, pero lo que sí te garantizo es que si haces el ensayo de negarte a
aceptar estas tres propuestas, quedarás como un príncipe a los ojos de ella (y
no como un bobo, como seguramente tratará
de hacerte sentir el resentido de tu amigo que nunca consigue que una mujer normal
le dé su número de teléfono –cuando no es que le dan el de la compañía de taxis).
Ah, y un último
consejo de estilo: al subir o bajar las escaleras, los señores, siempre,
siempre, siempre deben ir adelante. Al bajar, para servir de apoyo a la niña; y
al subir, para no hacerla sentir incómoda con tu mirada directo a sus… piernas.
¡Buona fortuna!
Una recomendación para sortear el dialogo en la primera cita: un caballero no habla de sus hazañas.
ResponderEliminarExcelente tip, Clemente. ¡Muchas gracias!!
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