miércoles, 31 de octubre de 2012

Tip de encanto No.3: Abotona sólo lo de rigor






Para recibir el máximo retorno posible de la inversión que hiciste en esa chaqueta de tres botones, hay que saber llevarla; sobretodo evitando el look de “paquete mal envuelto”.

La regla es sencilla y aplica para los señores en todos los casos y para las mujeres más ejecutivas:

Cuando el saco del vestido (o cualquier chaqueta de las mismas características) tiene tres botones, éstos se apuntan como se indica en la foto: el de arriba es opcional (pero mejor no); el segundo se abotona siempre (siempre que permanezcas de pie; se desabrocha justo antes de sentarte) y el tercero no se abotona nunca, jamás, por ningún motivo.

Si es de dos botones, igual: el de arriba, . El de abajo, no.

Y, como siempre hay algo más que se puede hacer, “¿cómo disparo el estilo?Aprende a desabotonar todo lo que puedas con una sola mano.

-Sí, como James Bond.


Imagen: Now Magazine, UK.

martes, 30 de octubre de 2012

Alguien tenía que decirlo: "Señores, ya no basta con una abultada billetera"





Es un hecho que cada vez hay más mujeres hermosas, inteligentes y exitosas dando de qué hablar por todas partes; dirigiendo los proyectos más impresionantes. Se ha demostrado que una belleza conmovedora no implica necesariamente que su titular sea una rubia tonta del montón; por el contrario.

Las mujeres alrededor del mundo están tomando cada vez más y más consciencia de sus encantos; cada vez se conforman menos y ambicionan más. 

Si a este factor le sumamos el hecho de que en el mundo occidental los matrimonios por conveniencia están a punto de extinguirse (si acaso no lo están ya), la escena que representó con tantísimo tono caricaturesco Francisco de Goya en su obra La Boda, donde al tipo feo, viejo y barrigón le es entregada en matrimonio una preciosa damita, hija de alguna familia decente pero venida a menos, no va a ser sino eso: una pieza para conservar en el Museo del Prado, como una evocación de las cosas que pasaban en 1792.

Señores: en el actual estado de cosas una billetera contundente es, sin duda, un vehículo que viabiliza la posibilidad de ofrecer algunas amenidades, las cuales constituyen apenas el inicio de una relación con una de esas mujeres de alto ranking.

Por cuanto ellas dejaron de limitar sus encantos al maquillaje bien puesto, a conservar una figura esbelta y a hacer algunas inversiones en vestuario, los caballeros que quieran hacerse a las joyas de la corona deben estar dispuestos, igualmente, a trabajar en su belleza (sin llegar al extremo del manierismo, claro, pero sí denotando cuidado por su aspecto); refinar sus modales y movimientos; esmerarse en ser buenos anfitriones; desarrollar su sentido del humor -que no sólo funcione en las noches de hombres sino también con las mujeres-; invertir en su atuendo (un amigo de la costa me decía “oye, no esto no es un gasto: ¡son relaciones públicas!”) y, sí, como es inevitable, desarrollar una que otra técnica amatoria que los reafirme en la intimidad.

Es que no hay de otra: las mujeres ya no se descabezan compitiendo entre ellas por quién se lleva el mejor partido. Ellas saben lo que tienen y lo que valen sus encantos… y están dispuestas a esperar un poquito más, de ser necesario.

Todo el tiempo estamos comunicando; todo el tiempo estamos participando, de manera que es un riesgo desproporcionado seguir dejando al azar el conjunto de aspectos que conforman tu imagen.

Funciona en los negocios, funciona con las mujeres: hay que apartar un rato a crear tu marca; a diseñar la forma como vas a ser percibido, si no quieres ser el último de la fila. Que yo insista tanto en el prototipo del dandy en varias de mis publicaciones, no es una casualidad; es una opción en medio de muchas otras opciones de abordaje exitosas, desde que estén bien pensadas. 

De aquí para allá la cosa depende de cada cual.


Pd: Sólo vamos a estar de ronda por acá una vez. No vale la pena ser el último de la fila.

lunes, 29 de octubre de 2012

Porqué insisto tanto con la música para sentirse bien



En mis publicaciones es recurrente ver que digo cosas como “nuestro cerebro es tan influenciable, que la música feliz lo hace poner feliz”; “oigan este sonsonetico, que está bueno para el fin de semana”, etcétera.


A pesar de que muchos ya me han confirmado que, en efecto, la música con buen ritmo o con mensajes positivos les ha ayudado a superar momentos difíciles de la cotidianidad, me parece que un poco más de ilustración sobre cómo funciona la cosa nunca está de más.

Lo primero que te propongo es hacer un cambio de concepción –ojalá de una vez y para siempre-: deja de asumir tu cerebro como una máquina que genera ideas. En lugar de eso te propongo que entiendas que tu cerebro es un dispositivo que sintoniza cosas (energías, tipos de gente, prosperidad, pobreza, situaciones, etc.).



La cuestión es muy sencilla: a estas alturas de tu vida ya debes haber verificado por tu propia cuenta que es materialmente imposible cambiar a las personas o las circunstancias que nos rodean, ¿verdad?.

Lo que, en cambio, sí es posible que te falte comprobar, es el hecho cierto y demostrable de que “cuando tu cambias, el mundo cambia”.

Haz el experimento que te propongo a continuación, pero de manera consciente. Supongamos que tienes un jefe (un profesor, un colega, una pareja, etc.) insufrible; un abusador de tus capacidades normales de trabajo; lo que sea. Cualquier esfuerzo que hagas por hacerle entender que las cosas podrían ser distintas y que todos podrían estar mejor si él dejara de ser como es, es realmente estéril, porque tu jefe está viviendo algún proceso interno a su propio ritmo; seguramente tiene muchas cosas pendientes por aprender de esa forma de ser tan avasalladora.

Lo cierto es que tú no puedes alterar el curso de su aprendizaje pero, en lugar de victimizarte todo el tiempo y volcar la ira contra las cosas o las personas que tienes cerca, sí puedes probar hacer lo siguiente: hazte a la idea de que nadie va a venir a salvarte. Nadie va a venir a llevarse a ese jefe. Nadie lo va a hacer cambiar.

Nadie va a venir a salvarte, así que te corresponde crear el cambio que quieres en tu vida. ¿Cómo? Reencuadrando el significado que le das a las cosas. La música es una excelente herramienta para ese propósito: si la voz que tienes (que todos tenemos) en la cabeza te está repitiendo mil veces con ira “jefe desgraciado, si pudiera lo ahorcaría” y dejas que la tal vocecita haga carrera, vas a terminar frustrado o preso. No hay más opciones.

Si, en cambio, le das a tu cerebro (que, como ya convinimos, es un dispositivo que sintoniza energía, -¿te acuerdas?), algo más divertido en qué pensar, como ciertamente lo es una canción con buen ritmo o con un mensaje positivo, el asunto con el tirano va a pasar a un segundo plano; los lentes con los que ves el mundo no van a ser los de la tragedia sino, en cambio, los de una persona positiva, dinámica, que tiene que enfrentar desafíos normales, tales como capotear personas difíciles.

La cosa funciona así porque nuestro cerebro (sí, el mismo que te dice que no puedes, que ya es tarde, etcétera) es muy influenciable (si no, no te diría tantas bobadas) y no alcanza a distinguir si en serio estás feliz porque te está pasando algo feliz, o si sólo se trata de una cancioncita que le estás poniendo para manipular positivamente al dictador que todos llevamos por dentro.

Hay quienes se han tomado esto tan en serio que me cuentan que han dejado de ver las noticias también… Yo sí las veo, pero, en fin, cada cual hace sus cuentas.

Para terminar, les dejo como tímida sugerencia esta canción que conocí gracias a un paisano santandereano: “Hoy voy a pasármelo bien”, de Hombres G (click aquí para oír la canción). Me dijo que le funciona de maravilla.


 Imagen: Egbongunmiaije en Wordpress

miércoles, 24 de octubre de 2012

Concentrarse en lo que SÍ está funcionando






Anoche, en su interesantísima conferencia, el Dr. Jorge Aguilera (PhD en Comunicación Organizacional) pidió a los asistentes que nos detuviéramos por un momento a pensar si la excesiva atención que estamos prestando a nuestras limitaciones nos está impidiendo ver nuestros talentos.

Para ilustrar la importancia de la reflexión, proyectó este video que les comparto en el día de hoy. Se trata del ballet “Hand in hand(click aquí para ver el video), puesto en escena por una señorita a quien le falta la mano derecha y su compañero de baile, quien no tiene la pierna izquierda.

Fíjate en la perfección de los movimientos; en la sutileza bajo la que con gran maestría se esconde toda la fuerza de cada músculo entrenado por tantas horas.

Pero pon atención, sobretodo, al mensaje no verbal que nos envían tan emotivamente los artistas al bailar: si uno de ellos hubiera magnificado la circunstancia de no tener una extremidad, al punto de desistir de su sueño de bailar ballet, su vida se habría desarrollado dentro de la estrechez de las barreras que te hacen creer que no puedes, sólo porque tu entorno no se te figura absolutamente propicio para llevar a cabo tu propósito fundamental.

Pocas veces en la vida vas a encontrar todas las condiciones a tu favor. De ahí que los conflictos más encarnizados que tenemos son los que libramos con nosotros mismos; sobre todo con esa parte de tus creencias que te dice que “no puedes (…)”.

En lugar de desperdiciar energía pensando una y otra vez “¿por qué me tenía que pasar esto a mí?”, comienza a pensar  “muy bien, de acuerdo con esta nueva situación, ¿qué escojo hacer a partir de ahora?”.  Sigue avanzando con resolución. No te quedes estancado en la pregunta de “por qué (…)”, ya que te hundes en un estado de perplejidad que sólo frena el movimiento de la dinámica de la vida.

Concéntrate en tus fortalezas; en lo que haces mejor. Focalízate en lo que sí te está funcionando, más que en aquellos resultados que no puedes producir de la forma en que quisieras: en la mayoría de los casos estos últimos no son más que metas impuestas por otros, las cuales poco o nada tienen que ver contigo y, por lo tanto, no vale la pena desgastarse en eso. Recuerda que eres mayoritariamente energía y, por tal razón, hay que administrarla sabiamente.

Concéntrate en encontrar tu misión. Ahí, pegadita, viene la felicidad.

Imagen: 123 RF

lunes, 22 de octubre de 2012

Tip de encanto No.2: Mantén las mañas bajo control






Maña es la palabra más fea y a la vez más descriptiva que encontré para designar los hábitos indeseables que pueden pulverizar tu Marca Personal o hacer que se destaque por las razones incorrectas, como le ocurrió al presidente de la República Checa, Václav Klaus (click aquí), en su visita al presidente Sebastián Piñera en Chile, no sé si en un descuido de su imagen o en medio de alguna compulsión pisquiátrica.

Todos tenemos mañas; unas más confesables que otras. Lo cierto es que costumbres como inspeccionar cavidades anatómicas en público, llevarnos cosas que no nos pertenecen, hacer ruidos pasando aire entre los dientes, dar golpecitos a la mesa con el bolígrafo (con o sin ritmo, es igual de molesto), arreglarnos compulsivamente el pelo, las gafas, etc., hacer tronar las coyunturas de los dedos, comer todas las cosas con la cuchara de la sopa, etcétera, deben permanecer bajo estricto control, si no todo el tiempo, por lo menos mientras dure tu exposición en público ante personas que no son de tu absoluta confianza (y que se han resignado ya al espectáculo).

Desde el punto de vista del Personal Branding, el arte de encantar precisa estudio, disciplina y, a veces, una dosis de histrionismo.


Imagen: Definición ABC

domingo, 21 de octubre de 2012

Los notables del negocio de la moda y su Marca Personal




La última tendencia de las celebridades del mundo de la moda consiste en prescindir de un accesorio para reiterar que son exactamente eso: celebridades.

Analicemos brevemente el mensaje que envía con su presentación personal Anna Wintour (directora de Vogue América), de acuerdo con el reportaje realizado a las apariciones de las estrellas durante las Semanas de la Moda en el mundo por Vogue Italia (click aquí).

Lo que se evidencia en este caso es que las editoras de moda han comenzado a ir a los desfiles sin carteras, sólo con la invitación en la mano y máximo un smartphone, mostrando independencia (no tienen un jefe a al cual rendir cuentas sobre el uso de su tiempo durante el desfile), alta capacidad de memorizar las propuestas importantes y mucha, mucha opulencia.

¿La razón? Usan su automóvil con conductor como camerino.

¿El mensaje que quieren transmitir? que son tremendamente exitosas.

¿El propósito? El de siempre: alimentar el mito.

Para la mayoría de nosotros no es fácil (ni necesario, en realidad) adoptar una actitud semejante, pero les comparto esta reseña por ser un ejemplo bastante ilustrativo sobre lo que hacen las personas del mundo del espectáculo para construir su Marca Personal.

No necesitamos un súper carro con un conductor de librea y corbatín, pero no podemos pasar por alto la enseñanza con la que nos podemos beneficiar en la creación de nuestra Marca Personal: un poquito de excentricidad es muy elocuente y alimenta el mito de lo que eres o de lo que haces.


Imagen: The New York Post & OnOff Tv.


jueves, 18 de octubre de 2012

Tip de encanto No.1: Conoce las costumbres locales



Tip de encanto No.1: Antes de visitar un lugar desconocido (sea que se trate de otro país o que te hayan invitado por primera vez a la casa de tu amigo de otra religión, etc.), aprende un poco sobre sus costumbres tradicionales. 

¿Tienes poco tiempo? indaga al menos qué cosas NO debes hacer por ningún motivo.

Si te equivocas, no importa: la gente comprenderá que tus hábitos son distintos y que no era tu intención ofender. Sin embargo, en la medida de lo posible, ¡evita que  te pase como al presidente Obama en el palacio de Buckingham (click aquí), hablando mientras sonaba el himno nacional! 



Imagen: Absolut Inglaterra