viernes, 5 de octubre de 2012

Uniendo "mis" puntos




Bogotá, 6 de octubre de 2012


Hace exactamente un año, manejando de mañana por el costado occidental del Parque de Francia en Bogotá (carrera 16, calle 106), pensaba en lo que había significado Steve Jobs para el mundo contemporáneo (ya sabes lo que dicen: “when you go Mac, you never go back”), mientras oía el reportaje sobre su fallecimiento. De repente, por instrucción del director de la cadena radial que oigo todos los días, comenzó la transmisión del discurso que pronunció S. Jobs para unos graduandos de la Universidad de Stanford… y la idea que tenía de mi propia vida jamás volvió a ser igual.

Hoy quiero compartir el mensaje que yo encontré tan estremecedor y que fue tan definitivo para animarme a seguir progresivamente mis convicciones (los más valientes seguro actuarán más rápido…).

Posiblemente todos los medios de comunicación harán esto mismo hoy: colgar el enlace del video con el memorable discurso; poner unas imágenes extra de Jobs, etc., así que compartirles este video no tendría nada de novedoso. Sin embargo, una cosa muy valiosa que he aprendido en los últimos tiempos es a actuar por convicción, llevando a cabo los planes que son importantes para mí (y ya no sólo esos que son “convenientes para mí”), como ciertamente lo es esta aventura que vivo ahora, cuando luego de 11 años de academia y práctica en una profesión tradicional, decidí profesionalizar las investigaciones y los experimentos que hacía por pasión durante los últimos 10 años… y vivir de eso.

Lo que he aprendido es que si haces las cosas por convicción sincera, sin pensar en lo que se comente en la tribuna, llegará el día en que ese recorrido que has hecho pueda ser de utilidad para alguien más.

Cualquier cosa que yo quisiera decir ahora sobraría frente a la contundencia del mensaje que recibieron los estudiantes de la Universidad de Stanford. Lo único que sí tiene sentido añadir en este aniversario es que las palabras sencillas, pero portadoras de una lógica devastadora, que usó Steve Jobs para contar sus tres historias, determinaron -para mí- el fin de la época en la que sentía, con mucha angustia, que la vida era eso que estaba pasando todo el tiempo afuera de la ventana de mi cuarto.


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